Cuatro chicaSTEM españolas en el acelerador de partículas más famoso del mundo

La mejor forma de motivar es dando ejemplo y así lo entienden estas cuatro mujeres españolas que trabajan en el Laboratorio Europeo de Física de partículas, también conocido como CERN, en Ginebra. Son ingenieras, físicas, químicas y expertas en tecnologías de la información y reivindican el papel de la mujer y la niña en la ciencia trabajando codo con codo en la investigación y el desarrollo científico. Uno de los avances más famosos del laboratorio es el acelerador de partículas Large Hadron Collider (LHC), que logró el descubrimiento del bosón de Higgs en 2012. Es por eso que, en una entrevista al Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC) publicada en el diario Público, las investigadoras y tecnólogas definen el CERN como un lugar privilegiado, aunque también, apuntan, “muy masculinizado”.  

Cristina Bahamonde, Santiago, 1990

Estudió ingeniería química y nuclear en la Universidad de Santiago de Compostela y lleva trabajando en el CERN más de cuatro años. Allí, su tarea es la coordinación de actividades de instalación y mantenimiento de equipos de protección del acelerador. Estos equipos se llaman colimadores y aseguran la protección de equipos sensibles así como las colisiones dentro de los 27 km de acelerador. Debido a la pausa técnica planificada, conocida como LS2 (Long Shutdown 2) realizada entre finales de 2018 y 2021, la ingeniera coordina ahora el reemplazo y la modificación de los 120 colimadores instalados. Para ello, tuvo que realizar estudios de física previamente a la parada LS2. Dentro de sus actividades, Bahamonde se encarga también de gestionar las del equipo de colimadores (15 equipos de hasta 50 personas), su fabricación y parte mecánica.

“Solo hay una mujer con un puesto indefinido, todos los demás que los han obtenido son hombres”.

Debido a la situación actual provocada por la pandemia del COVID-19, Bahamonde se encuentra teletrabajando desde su casa en Ginebra realizando tareas adaptadas como redacción de procedimientos o documentación de trabajos realizados. Al ser preguntada sobre la política de género en el centro, la ingeniera opina que el porcentaje de mujeres en puestos técnicos es muy bajo y por eso cobra mayor sentido iniciativas como la de Women In Technology, una asociación profesional de mujeres en la industria tecnológica. “Quizás lo que más eche de menos es la falta de mujeres en puestos directivos. La directora general es mujer, pero, por ejemplo, en mi grupo, que comprende varias secciones, solo hay una mujer con un puesto indefinido, todos los demás que los han obtenido son hombres”, declara Bahamonde a Público y añade que esto, conocido como leaky pipeline, dificulta que “jóvenes profesionales” como ella tengan “referentes femeninos más sénior con quien consultar dudas sobre desarrollo profesional” aunque confía en que la situación mejore.  

Nuria Fuster, Valencia, 1988

Fuester estudió física y se encarga de lo que ocurre en el interior del acelerador, investiga el comportamiento de las partículas, así como el diseño y desarrollo de los dispositivos de protección, conocidos como colimadores. Lleva tres años en el CERN como parte del grupo de colimación, diseñando nuevas características para que estos dispositivos ayuden a reducir los daños producidos por las partículas y así poder hacer frente a haces de partículas más intensos.

“Se hace duro estar en casa, pero hay que seguir”.

Actualmente, esta física nuclear se encuentra en Valencia ya que el periodo de confinamiento le pilló pasando unas vacaciones en su tierra. Durante este tiempo en casa ha progresado con su equipo repasando objetivos y poniéndose al día sobre estudios en marcha. “Se hace duro estar en casa, pero hay que seguir”, comenta al diario. Al ser preguntada sobre la masculinización del centro, Fuster declara que nunca se ha sentido discriminada, aunque sí que confirma que el número de mujeres es inferior al de hombres. Para lograr mayor equidad, la valenciana confía en que las políticas para promover la igualdad y la participación de las jóvenes en campos de STEM den sus frutos y en unos años la situación vaya cambiando.  

Belén Salvachúa, Valencia, 1979

El puesto de esta física de altas energías era, hasta la parada programada de diciembre de 2018, la de velar por el correcto funcionamiento del acelerador. Esto, teniendo en cuenta la cantidad de actividades necesarias para que todo funcione, supone un cargo de alta responsabilidad. Según ella, su puesto consiste en “operar el acelerador desde la sala de control”. Una vez ahí, su misión es mantener que siempre haya un haz circulando en la máquina y, en el caso de que haya algún problema, coordinar las actividades necesarias para resolver todo lo antes posible.

“Habría que analizar qué pasa con la carrera de las mujeres cuando deciden tener familia, la sociedad tampoco está del todo preparada para esto”.

Entre sus tareas actuales, dado que el acelerador se encuentra parado hasta 2021, se encuentran las del mantenimiento y la mejora general del acelerador. Salvachúa señala que lo que más le gusta de su trabajo es poder desarrollar ideas con el apoyo del CERN, que proporciona los medios necesarios para hacerlas posible. Actualmente, al igual que sus compañeras, se encuentra teletrabajando en su casa en Francia. Con respecto a la cuestión de género en el centro, la física opina que no es cuestión del lugar del trabajo sino de la propia sociedad y ejemplifica con lo fácil que es encontrar a hombres a los que les resulta incómodo que una mujer les supervise. Además, Salvachúa señala que “habría que analizar qué pasa con la carrera de las mujeres cuando deciden tener familia, la sociedad tampoco está del todo preparada para esto”.  

María Alandes, Madrid, 1977

Desde que comenzó en CERN en el año 2005, Alandes ha trabajado en el departamento de tecnologías de la información como ingeniera informática. Actualmente está trabajando en el proyecto MALt que busca productos “open source”, de licencia libre, para el uso en el CERN, dado que la licencia anterior con Microsoft se encareció significativamente haciendo imposible al laboratorio el pago de dicha licencia. Al igual que sus compañeras, continúa teletrabajando desde el inicio de la pandemia. Con dos niñas en casa de cinco y ocho años, está siendo complicado para ella sacar tiempo para mantener el ritmo del CERN y además asegurarse de que todos los servicios informáticos, ahora en las casas de cada uno de los trabajadores, estén disponibles para los empleados.

“Creo que aún quedan muchas barreras invisibles que vienen de nuestra educación y cultura, y esas son las más difíciles de derribar”

Alandes es también defensora de la equidad de puestos de trabajo y forma parte del comité Women In Technology con el que organiza eventos, tutorías y campañas de sensibilización dentro del laboratorio, además de promocionar la mujer en la ciencia con talleres de divulgación. “Creo que aún quedan muchas barreras invisibles que vienen de nuestra educación y cultura, y esas son las más difíciles de derribar” declara al diario. Para la madrileña, la clave está en promover que las chicas se interesen en disciplinas STEM y lograr una mayor participación de estas en lugares como CERN donde las áreas científicas y técnicas cuentan solo con un 14% de empleadas mujeres. Pese a lo mucho que queda por cambiar, la ingeniera es optimista y reconoce que ha habido avances. El CERN cuenta hoy en día con una oficina de inclusión y diversidad, así como con un código de conducta regido por el respeto y la no discriminación. Aún así, queda todavía un largo camino para que las mujeres estén más presentes y participen en decisiones clave sobre el avance de la ciencia y la tecnología. “No podemos dejar fuera a la mitad de la población” señala al diario, y añade, “hay que seguir reivindicando mejoras y acciones para equilibrar la balanza que, a día de hoy, sigue estando dominada por una mayoría de hombres”.
Fuente: Hernando, Ana (2020). Españolas en la ‘catedral’ de la física europea. Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC). Publicado el 5 de mayo de 2020 en el diario digital Público. Imágenes de Pixabay.