Inteligencia artificial y educación. Panorama internacional.

Es evidente que la inteligencia artificial (IA) está transformando nuestro mundo en muchos sentidos, y la educación es un campo que no queda fuera de estas transformaciones. Por ello múltiples organismos internacionales han publicado en los últimos años diferentes informes y planes cuyos puntos fundamentales en lo relativo a educación se presentan en este artículo.

Así, la Comisión Europea publicó en 2018 una Perspectiva Europea de la IA, para fomentar una IA que se base en los valores europeos y los derechos fundamentales. Ese mismo año se publicó también el Plan Coordinado sobre IA, que se desarrolló en colaboración con los Estados Miembros para maximizar la cooperación en materia de IA en la Unión Europea y aumentar la inversión en este campo. En 2021 se ha publicado la revisión de este Plan Coordinado, que ya presenta acciones concretas que se han llevado a cabo, así como recomendaciones para nuevas acciones conjuntas.

Por su parte, los países europeos han ido creando en estos últimos años estrategias nacionales de IA, también en España, y la Comisión Europea en colaboración con la OCDE ha publicado recientemente un revisión de estas estrategias nacionales de los Estados Miembros, que se han analizado en base a unos principios de IA, que van en línea con las propuestas que la propia OCDE publicó en un conjunto de Recomendaciones sobre IA.

Por último, la Comisión Europea también ha publicado este año 2021 un marco regulatorio que trata de crear una IA de excelencia en la que la ciudadanía pueda confiar, para lo que se han establecido diferentes niveles de riesgo en función del impacto que la IA pueda tener sobre las personas en distintos campos, así como las normas que deben cumplirse en cada nivel de riesgo.

La UNESCO cuenta también con una línea de trabajo sobre IA en educación, y ha publicado en los últimos años una miríada de informes y recomendaciones sobre las oportunidades que ofrece la IA, el desarrollo de competencias para la era de la IA, cambios que se producen en el aprendizaje, y guías para administraciones educativas, que se materializaron en el Consenso de Beijing sobre IA y educación, un acuerdo firmado por 50 Ministerios de educación y 500 representantes internacionales de agencias de Naciones Unidas, instituciones académicas, sociedad civil y sector privado.

En líneas generales, todas estas publicaciones coinciden en que para aprovechar las oportunidades que ofrece la IA, y también para minimizar sus riesgos, la educación y la formación son cruciales. Por ello se recomiendan reformas para incrementar la oferta de cursos y programas de estudio relacionados con la IA en todos los niveles educativos, iniciativas que deben complementarse con oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida. Un ejemplo de este tipo de acciones es la Escuela de pensamiento computacional e IA que lidera el propio INTEF en colaboración con las Comunidades y Ciudades Autónomas.

Pero, al mismo tiempo, también deben repensarse las competencias y habilidades que son necesarias para desarrollar una vida plena en un mundo digital impulsado por la IA. Así, existe un consenso sobre lo fundamental de fomentar la competencia digital de docentes y estudiantes, lo que impulsará la transformación digital de la sociedad.

Además, la IA puede usarse para mejorar los resultados de aprendizaje. Por un lado, apoyando a las administraciones para la toma de decisiones en base a datos y evidencias. Y por otra parte, mediante el uso de herramientas que apoyen al profesorado en su labor diaria, de forma que pueda personalizar el aprendizaje del alumnado, y pueda recibir ayuda para detectar de manera temprana posibles estudiantes en riesgo, con dificultades de aprendizaje o incluso con ciertas patologías. En este sentido, la formación al profesorado toma un papel fundamental, ya que tendrá que aprender a usar la IA de forma pedagógica y significativa para aprovechar todo su potencial minimizando los posibles problemas asociados a su uso en un entorno educativo.

Y es que el uso de soluciones de IA en educación presenta también diferentes riesgos, en muchos casos relacionados con la recolección y uso masivo de datos, lo que puede amenazar la privacidad del alumnado e incluso reproducir y amplificar sesgos y discriminaciones. Es por ello que la Comisión Europea ha clasificado el uso de IA en educación en el nivel de riesgo alto, lo que implica que cualquier solución de IA que se use en este ámbito tendrá que cumplir una serie de requisitos para garantizar la seguridad, la confianza y los derechos fundamentales de estudiantes, docentes y familias.

Las ideas fundamentales que comparten estos informes y recomendaciones internacionales apuntan, por tanto, a que el desarrollo de aplicaciones de IA en la educación ofrece múltiples oportunidades, por lo que hay que garantizar que la comunidad educativa en su conjunto pueda participar y beneficiarse de ello. Pero al mismo tiempo hay que poner en marcha las garantías necesarias para ofrecer un uso seguro, apropiado y ético de la IA en la educación. Para finalizar, cabe mencionar que todas las publicaciones coinciden en que la docencia es una de las profesiones en menor riesgo de ser automatizada y, por consiguiente, aunque sí va a experimentar grandes transformaciones, no existe riesgo de que el profesorado sea reemplazado por sistemas inteligentes. Y es que las interacciones, conexiones y relaciones que se producen en un aula requieren de aspectos humanos como la empatía, la confianza o la inspiración, que son irremplazables y no pueden ser automatizados

Referencias