Noemí Pinilla-Alonso nos narra que de niña tenía todo en contra para realizar lo que más le gustaba: observar las estrellas.

Aquella niña es ahora una adulta que  dirige una de las campañas de investigación de los confines de nuestro Sistema Solar. Su propósito es usar el telescopio James Webb para averiguar que hay más allá de Neptuno y averiguar si hay elementos para que exista vida.

A la astrónoma española le cambió la vida cuando se descubrió que existían cuerpos lejanos más grandes que Plutón, otorgándole el reconocimiento científico que se merece.

Su interés por los objetos transneptunianos radica en el hecho de que el origen de los cometas se encuentra en aquellos elementos que están más allá de Neptuno. Por el momento, solo se conoce unos 3000 cuerpos. También, se ha detectado agua en su superficie, pero no se sabe cuánta hay.

El James Webb es considerado como el telescopio más potente hasta el momento ya que  tiene la capacidad de mostrarnos el universo que ha estado escondido, facilitándonos ver el espacio con nuevos ‘ojos’. Además, puede ayudarnos a entender cómo se formó nuestro Sistema Solar ya que hasta ahora no tenemos una respuesta para ello.

No se debe olvidar que los telescopios terrestres no pueden calificar los elementos de vida que puede hacer el Webb. Con este telescopio, se podría ampliar conocimientos sobre los transneptunianos  más grandes como Eris incluyendo también los pequeños. Sin embargo,  este telescopio no es la herramienta más adecuada para buscar otros planetas.

No se nos puede olvidar que esta astrónoma española, siendo niña y gracias a que se le dio oportunidades, ya tenía curiosidad por el universo y hasta el día de hoy, a sus 50 años, sigue creyendo que  hay vida más allá de nuestro planeta.

Para más información, consulta el artículo de ‘El País’.

Imagen de Unsplash.