Exploring AI (Artificial Intelligence) with Children & Young People, un estudio sobre la IA en el ámbito educativo de Barnardos Ireland.

La fundación irlandesa Barnardos, que se dedica desde los años 60 a la ayuda a niños de entornos vulnerables, ha ampliado sus actividades para ofrecer nuevos servicios y apoyos en el ámbito educativo. Dentro de su nuevo marco estratégico, de cara a 2027, han establecido como prioridades aumentar el impacto, la inversión, la innovación, la información y influencia en educación. Fruto de ello es el estudio “Exploring AI (Artificial Intelligence) with Children & Young People”.

En 2024, Barnardos seleccionó la inteligencia artificial (IA) como uno de los ejes centrales, debido al aumento aumento de interés expresado por parte del alumnado en los talleres que la fundación realiza. En estos talleres se recopilaron datos entre mayo y junio de 2024 a través grupos de enfoque y encuestas, involucrando al alumnado desde el último curso de primaria hasta los primeros años de secundaria. También se entrevistó a familias y docentes para proporcionar una visión más integral. Desde 2019, este programa, financiado parcialmente por Google.org, ha trabajado con 90.000 niños y niñas en más de 800 escuelas. Su objetivo es garantizar que los niños y las niñas puedan desenvolverse de forma segura en el entorno digital, especialmente ante el crecimiento del uso de herramientas generativas como ChatGPT y otras tecnologías basadas en IA.

Gráfico sobre las herramientas basadas en IA usadas por el alumnado. Obtenido de: Barnardos. Because childhood lasts a lifetime

El informe identifica una desconexión entre el nivel de conocimiento de la IA por parte de los niños y niñas, IA que emplean en forma de chatbots y asistentes virtuales para tareas escolares, y los conocimientos que poseen los adultos de su entorno. Un alto porcentaje de las familias están preocupadas por los riesgos asociados a la IA, si bien consideran crucial que sus hijos e hijas aprendan sobre ella. Sin embargo, el 95% de los docentes no ha recibido capacitación específica para enseñar sobre este tema. Esta brecha educativa deja al alumnado en una posición vulnerable para identificar riesgos como la desinformación y las invasiones de su privacidad.

Del estudio derivan diferentes percepciones respecto a la IA. Respecto a la educación informal, el 63% de los niños y niñas conoce la IA principalmente a través de redes sociales, mientras que solo el 54% expresó interés en aprender más sobre ella en la escuela. Su interacción con estas herramientas de IA en el día a día revela que los niños y niñas no solo las usan de manera activa para tareas escolares o creativas, sino que también interactúan pasivamente con algoritmos en plataformas como YouTube y videojuegos, según el estudio. Esta interacción con la IA produce en los niños y niñas sentimientos encontrados. Por una parte, ven la IA como una herramienta positiva para resolver problemas y estimular la creatividad, pero también manifiestan miedo e incertidumbre sobre los posibles riesgos de manipulación y pérdida de privacidad.

En cuanto a las preocupaciones sobre la IA, Una de las  más destacadas, es la falta de preparación de los adultos, dado que el 93% de las familias están preocupados por cómo sus hijos e hijas usan la IA, pero el 95% del profesorado admite no haber recibido formación en este campo, quedando así limitada su capacidad para guiar a sus estudiantes. El alumnado percibe que tanto sus familias como sus profesores tienen un conocimiento limitado o nulo sobre el tema.

El 95% del profesorado admite no haber recibido formación sobre IA. Obtenida de: Barnardos. Because childhood lasts a lifetime

Otra preocupación es la manipulación y la desinformación: algunos jóvenes señalaron que es difícil distinguir entre información verdadera y falsa en internet debido a las imágenes o al contenido generado por la IA. Les preocupa también la privacidad, pues se pone de manifiesto el temor latente entre la juventud sobre cómo la IA podría invadir su privacidad y manipular sus decisiones.

El último aspecto del informe que ha despertado inquietud ha sido el impacto emocional. El informe enfatiza que, además de los beneficios educativos y creativos, el uso de la IA puede generar incertidumbre y ansiedad entre los niños. La percepción de que la tecnología puede manipularlos o explotar su privacidad es una preocupación recurrente, especialmente en un entorno donde ya es difícil discernir lo real de lo falso.

Frente a esto, el alumnado destaca aspectos positivos como que la IA les ayuda a aprender cosas nuevas, estimula la creatividad como el diseño de arte o escritura o resolver problemas complejos, especialmente en tareas escolares.

El informa también recoge recomendaciones entre las que  se subraya la importancia de preparar al alumnado a navegar en un mundo cada vez más influenciado por la IA. Para ello, por una parte, se considera fundamental una educación formal sobre IA, incorporándola en los planes escolares para que los niños comprendan su funcionamiento y cómo utilizarla de manera ética y responsable. Por otro lado, está la capacitación docente, es decir, el desarrollo de programas de formación para el profesorado, mejorando sus competencias para enseñar y guiar a los estudiantes sobre IA. Otra recomendación es la orientación a las familias, proporcionándoles recursos sencillos sobre cómo gestionar el uso de tecnologías de IA en casa y cómo fomentar un consumo crítico. Por último, se dan recomendaciones respecto a la gobernanza y las políticas públicas. Se insta a regular el uso de la IA para proteger a los menores, incluyendo políticas específicas sobre privacidad y manipulación en entornos digitales.

El informe de Barnardos destaca que la IA es tanto una oportunidad como un desafío para la infancia. Destaca la necesidad de un enfoque colaborativo entre familias, educadores e instituciones legisladoras para maximizar sus beneficios mientras se minimizan los riesgos. La educación, tanto formal como informal, desempeñará un papel fundamental para garantizar que la infancia y juventud pueda interactuar con esta tecnología de manera ética, segura y productiva.

La investigación deja claro que, aunque el impacto futuro de la IA en la vida de los niños y niñas es incierto, su influencia ya es profunda. Por ello, es crucial invertir en la educación y el acompañamiento para que los y las menores puedan beneficiarse de sus aspectos positivos mientras se mitigan los riesgos potenciales.