Competencias docentes en IA

A lo largo de los últimos meses, estamos siendo testigos de una revolución en torno al concepto de inteligencia artificial (IA), especialmente en su vertiente generativa. Por este motivo, surge la necesidad de que los y las docentes desarrollen competencias digitales que incluyan enseñar y aprender a utilizar esta disciplina en el aula de forma crítica.  

En este contexto, la Comisión Europea lanzó en 2022 la versión 2.2. del Marco de Competencia Digital para la Ciudadanía (DigComp 2.2) con el fin de mejorar la competencia digital ciudadana. Para ello, busca apoyar el desarrollo de competencias digitales y planificar iniciativas educativas mediante tecnologías emergentes como la IA y su uso ético, la realidad virtual y aumentada, la robotización, el internet de las cosas (IdC), la desinformación, etc.

Asimismo, el Centro Europeo de Educación Digital, organismo dependiente de la Comisión Europea, ha publicado el informe «Competencias docentes» en el que se describen algunas cuestiones básicas sobre la IA que se deberían tener en cuenta a la hora de enseñar para, con y sobre la IA, tal y como se muestra en la siguiente infografía:  

Competencias docentes - Imagen 1. Infografía
Imagen 1 – Cuestiones básicas para enseñar para, con y sobre la IA (Comisión Europea, 2023) 

Enseñar para la IA implica que todos los ciudadanos y ciudadanas, incluido el personal docente y el alumnado, puedan interactuar con confianza, de forma crítica y segura con los sistemas de IA, con el objetivo de dotarles de los conocimientos, habilidades y actitudes necesarias en el siglo XXI. Estas competencias comprenden cinco grandes categorías:  la información y alfabetización de datos, la comunicación y colaboración, la creación de contenido digital, la seguridad y la resolución de problemas.  

Así pues, es preciso enseñar a las y los estudiantes aspectos como que los motores de búsqueda, las redes sociales y las plataformas de contenido a menudo utilizan algoritmos de IA para generar respuestas adaptadas al usuario individual, que los datos de los que depende la IA pueden incluir sesgos y que todo lo que uno comparte públicamente en línea puede ser utilizado para entrenar sistemas de IA. 

Paralelamente, los y las docentes pueden incorporar contenido digital creado por IA en el aula. Además, es aconsejable que adquieran competencias para que el uso de la IA mejore la accesibilidad de herramientas y dispositivos digitales (por ejemplo, para estudiantes con discapacidad visual, intelectual o motriz o con dificultades en el lenguaje o el aprendizaje).

Por otra parte, la enseñanza con IA se centra en cómo los sistemas de IA se pueden utilizar para objetivos educativos. Esto incluye no solo el uso del juicio pedagógico sobre cuándo usarlos, sino también conocimientos sobre el funcionamiento de los algoritmos subyacentes, modelos pedagógicos y datos. Esta competencia se divide en seis áreas: compromiso profesional, recursos digitales, enseñanza y aprendizaje, evaluación y retroalimentación, empoderar al alumnado y facilitar su competencia digital. 

  • En primer lugar, el área «compromiso profesional» se centra en ser capaz de describir de manera crítica los impactos positivos y negativos de la IA y el uso de datos personales en la educación, y promover estrategias que promuevan el uso ético y responsable. 
  • Respecto al área «recursos digitales », es necesario conocer la responsabilidad en la preservación de la seguridad y privacidad de los datos, la normativa nacional y europea que regula el tratamiento de los datos personales y los sistemas de IA, así como los casos de uso de alto riesgo de la IA en educación y sus requisitos asociados.   
  • El apartado «enseñanza y aprendizaje» invita a familiarizarse con los modelos de aprendizaje implementados por los sistemas de IA, los objetivos sociales de la educación, el desarrollo profesional y la innovación educativa de los y las docentes, el impacto de la IA y el uso de los datos en la comunidad estudiantil, así como en los aspectos éticos y legales de la IA.   
  • En relación con la «evaluación y retroalimentación», destaca que los y las estudiantes reaccionan de manera diferente a la retroalimentación automatizada. Los sistemas de IA evalúan el progreso del alumnado en función de modelos de conocimiento predefinidos en un ámbito específico y no se consideran habilidades como la colaboración, las competencias sociales o la creatividad. 
  • También es recomendable supervisar constantemente los resultados del uso de IA con el fin de «empoderar al alumnado» y adaptarse a sus necesidades de aprendizajes. 
  • La sexta área se focaliza en el desarrollo de la «competencia digital» de los y las estudiantes. Es preciso que el alumnado aprenda sobre las cuestiones éticas que implican el uso de la IA, sus sesgos y el uso de los datos durante su formación académica. 

Por último, enseñar sobre IA tiene como ejes centrales las necesidades y competencias estudiantiles. De esta forma, se fomenta que el alumnado desarrolle conocimientos y habilidades con respecto a la IA en función de su edad. Conocer tanto la dimensión tecnológica como la humana de la IA es clave para preparar a los y las estudiantes para el mercado laboral, independientemente de sus futuros estudios. 

En resumen, el profesorado y el alumnado deben adquirir competencias digitales relacionadas con la IA para estar preparados para el mundo actual y futuro. La IA ya está transformando la educación y es responsabilidad de todos y todas adquirir las habilidades necesarias para aprovechar sus beneficios y utilizarla de manera ética y responsable.