A medida que la inteligencia artificial (IA) continúa expandiendo su presencia en diversas aplicaciones sociales, comprender su impacto se vuelve cada vez más esencial. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha abordado este desafío mediante el proyecto “AI and the Future of Skills, vol 2“, que utiliza tres enfoques distintos para evaluar la IA:

• Pruebas educativas.
• Evaluaciones de tareas laborales complejas.
• Mediciones directas de sistemas de la IA.

Estas pruebas involucran tareas prácticas típicas de cada ocupación, que permiten a los y las expertas calificar el desempeño de la IA y la robótica en estas tareas del mundo real. De esta manera, quedan reflejados los contrastes del rendimiento y el nivel de impacto de la IA en comparación con las habilidades humanas, como pueden ser la alfabetización, la aritmética y la resolución de problemas. Dichas tareas varían desde identificar información básica hasta interpretar afirmaciones complejas. Sin embargo, los expertos no llegan a un consenso en cuanto a la validez de los resultados, ya que evaluar las capacidades de la inteligencia artificial en relación con las tareas laborales es algo complejo dado que muchas tareas de la IA y la robótica requieren interacción humana. 

Además, y con la publicación del artículo “Putting AI to the test: How does the performance of GPT and 15-year-old students in PISA compare?” la OCDE compara el rendimiento de sistemas de IA, como ChatGPT, con estudiantes de 15 años en lectura, matemáticas y ciencias. Los resultados revelan que la IA generativa supera a los y las estudiantes en lectura y ciencias. Sin embargo, en matemáticas ChatGPT todavía está por debajo del nivel de los y las estudiantes a pesar de que el alumnado ha mostrado un estancamiento o incluso un declive en las últimas dos décadas según los datos de PISA. De hecho, las evaluaciones como PISA muestran que pocos países tienen una gran proporción de población con altas habilidades en lectura, matemáticas y ciencias. Estos hallazgos resaltan la necesidad de analizar de cerca la evolución de las competencias docentes en la era de la IA. 

En el ámbito universitario, y tomando como ejemplo un reciente artículo “Impacto de ChatGPT en los métodos de evaluación de un grado de Ingeniería Informática“, publicado en las actas de las Jornadas de Enseñanza Universitaria de la Informática, se puede ver la profunda transformación que ha tenido el proceso de enseñanza – aprendizaje desde finales del siglo XX hasta hoy. En este punto, y al someter a ChatGPT a 15 exámenes del grado de Ingeniería Informática, se observó que la IA superó más del 50% de las pruebas, destacando en la parte teórica, pero mostrando desafíos en la aplicación práctica del conocimiento. Esto sugiere un impacto evidente en los métodos de evaluación en la educación superior, aunque la variabilidad en la precisión de respuestas subraya la necesidad de adaptación y un análisis más detallado en futuras investigaciones. 

En resumen, y a medida que la IA avanza, el enfoque educativo se dirige hacia el desarrollo de habilidades complementarias que permitan la colaboración efectiva con sistemas de IA. En lugar de competir con la IA en áreas específicas, se recomienda fomentar habilidades como el pensamiento sistémico, la evaluación crítica y la supervisión de sistemas de IA. Esto implica cambios en el currículo, la enseñanza y las evaluaciones, adaptando los sistemas educativos para satisfacer las demandas del futuro. La educación del siglo XXI deberá abrazar la colaboración armoniosa entre humanos y máquinas, preparando a las generaciones venideras para un mundo impulsado por la inteligencia artificial.