La inteligencia artificial. ¿Necesitamos una nueva educación?

La IA ¿necesitamos una nueva educación?

Nos encontramos en una etapa donde la inteligencia artificial (IA) se ha integrado de manera significativa en diferentes ámbitos de nuestro día a día. Como respuesta a esta evolución, en diciembre de 2023, la Presidencia del Consejo y los negociadores del Parlamento Europeo alcanzaron un acuerdo provisional histórico. Este acuerdo establece normativas armonizadas sobre IA, marcando así un hito al convertirse en la primera ley de IA a nivel mundial. 

Paralelamente, en ese mismo año, la UNESCO publicó el artículo “La Inteligencia Artificial ¿Necesitamos una nueva educación?”, que versa sobre el uso de herramientas basadas en IA en los centros educativos y la transformación metodológica que supone en las aulas. 

En este contexto, es importante reconocer que la IA puede ser un apoyo en la realización de tareas humanas, ya que permite recolectar y almacenar datos para luego clasificarlos, organizarlos y generar una respuesta. No obstante, estos avances también generan preocupación por sus posibles efectos negativos, como la discriminación, la desigualdad, la pérdida de privacidad, la manipulación, la censura y la falta de transparencia. Estos riesgos se deben a que la IA utiliza datos que pueden contener sesgos, ser incompletos o incluso erróneos. Por esta razón, no podemos idealizar la IA, sino que debemos conocer los desafíos e implicaciones que esta plantea en el ámbito educativo y analizar las dimensiones éticas de su funcionamiento y diseño.

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En el panorama actual, es esencial comprender que la IA tiene limitaciones significativas. Aunque pueda generar textos e imágenes a partir de datos, carece de comprensión del lenguaje humano y de elementos como el humor, la ironía o la creatividad. A pesar de su aparente objetividad, los sistemas de IA resaltan problemas de discriminación y prejuicios, generando interpretaciones controvertidas. En este sentido, el ser humano siempre ofrece un valor añadido que la IA no puede reemplazar o imitar, como el pensamiento crítico, la imaginación, la curiosidad y la empatía, que constituyen algunas de las competencias esenciales del siglo XXI.

Ante estos desafíos, la educación debe adaptarse y aprovechar las potencialidades de la IA. Es crucial que se integre como un tema de estudio y una herramienta de aprendizaje, enseñando a los y las estudiantes sobre su funcionamiento, beneficios y riesgos, y promoviendo un uso ético y crítico. Además, Roxana Morduchowicz, asesora de la UNESCO, destaca la importancia de capacitar a los y las docentes para distinguir entre información confiable y falsa, reflexionar sobre el discurso del odio y la huella digital y comprender el funcionamiento de los algoritmos y sus posibles sesgos, todo ello sin comprometer la privacidad de los usuarios. En este contexto, la IA no busca reemplazar al profesorado, sino complementar el proceso educativo, enriqueciendo la enseñanza y el aprendizaje. Así, la educación juega un papel fundamental en la expansión de la IA al dotar a las personas con los conocimientos y habilidades necesarias para desarrollar y utilizar sistemas de IA de manera responsable y efectiva. 

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Los avances recientes en IA, como la capacidad de sistemas basados en lenguaje para aprobar exámenes y presentar tesis doctorales, señalan la necesidad de replantear la evaluación educativa. La educación debe fortalecer competencias como el pensamiento crítico, la creatividad y la ética, sin temer que la IA reemplace al profesorado.

En conclusión, es esencial promover una alfabetización digital que permita reflexionar sobre los desafíos y oportunidades de la IA en la educación.