La inteligencia artificial generativa (GenAI) es una rama de la IA que tiene la capacidad de crear contenido de manera automática en respuesta a indicaciones, y que abarca desde texto e imágenes hasta vídeos, códigos de programación o música. Un campo, que en constante evolución y desarrollo, se ha ido introduciendo paulatinamente en la vida de nuestro sistema educativo. Sin duda, se trata de un nuevo escenario que plantea implicaciones significativas sobre la inteligencia humana y el proceso de aprendizaje. 

Partiendo de este entendimiento, la UNESCO publicaba el pasado mes de septiembre la Guía para la IA generativa en educación e investigación. Esta publicación pretende ser una herramienta que beneficie y empodere genuinamente a docentes, estudiantes e investigadores a la hora de trabajar con la GenAI. A tal fin, se recomienda que el uso de la IA generativa esté arraigado en un enfoque centrado en el ser humano, que promueva la inclusión, la equidad, la igualdad de género, la diversidad cultural y lingüística; al tiempo que garantiza un uso ético, seguro y significativo. 

En línea con lo anterior, la Recomendación sobre la ética de la inteligencia artificial de la UNESCO destaca que el uso de la IA debe estar al servicio del desarrollo de capacidades humanas para un futuro inclusivo, justo y sostenible. Este enfoque debe estar guiado por los principios de los derechos humanos y por la necesidad de proteger la dignidad humana y la diversidad cultural que define los conocimientos comunes.  

También cabe señalar que el Consenso de Beijing sobre la inteligencia artificial y la educación, publicado por Naciones Unidas, subraya la necesidad de que las tecnologías de IA mejoren las capacidades humanas para el desarrollo sostenible y aboga por medidas que aseguren el acceso equitativo y aborden las desigualdades. Asimismo, promueve enfoques interdisciplinarios para la planificación de políticas sobre IA en la educación. 

A medida que la adopción de la IA generativa en la educación va avanzando etapas, y a pesar de que todavía no tiene un fuerte desarrollo o implementación, se hace imprescindible que los docentes e investigadores fortalezcan sus capacidades para comprender los potenciales beneficios y riesgos de la IA, incluida la GenAI, en la educación. Por el momento, solo siete países, entre los que se encuentra España, han avanzado en la implementación de marcos de formación sobre IA para docentes, siendo el proyecto de Singapur un ejemplo destacado. 

La implementación de la IA generativa en la educación ha dado lugar a modelos específicos de EdGPT, como EduChat o MathGPT. Ambos diseñados para fomentar la creatividad y el pensamiento crítico. Los y las docentes pueden aprovechar estas herramientas para diseñar currículos, preparar pruebas o exámenes y facilitar la inclusión de estudiantes con necesidades especiales. 

No obstante, se enfatiza la importancia de priorizar la agencia humana y la interacción responsable con la IA generativa. Los y las docentes deben decidir cuándo y cómo utilizar estas herramientas y considerar aspectos como la contribución real a las necesidades humanas, la motivación intrínseca, la edad de su alumnado y el desarrollo de marcos para guiar un uso responsable y ético. En este contexto, se forja un camino hacia una educación más inclusiva, equitativa y sostenible, donde la inteligencia artificial se convierte en una aliada para potenciar el aprendizaje y la enseñanza.